Ulla Lima en diálogo con Nora Ancarola. En colaboración con Xavi Sert y Letícia Rodríguez.
En Can Manyé, Alella. Del 17 de noviembre al 17 de diciembre.
Que el título no os asuste, sólo es un término matemático que resume el contenido de esta exposición. Optimización combinatoria expresa la mayor eficacia posible en la utilización de los recursos disponibles. Y la palabra clave es esta última, porque las opciones de que dispone Ulla Lima para desarrollar su labor creativa se han visto drásticamente limitadas por una enfermedad. Pero no avancemos tan deprisa, porque este proyecto comenzó hace casi diez años, cuando ni siquiera era este proyecto.
Las dos artistas se conocieron en la Escuela de Arte y Diseño Llotja, en 2006, como profesora (Nora Ancarola) y alumna (Ulla Lima), pero con los años esta relación se ha transformado en la de dos artistas que colaboran.
La génesis de la exposición se encuentra en la confluencia entre el proyecto final de la Llotja (2008-2009) y un empeoramiento de la salud de Ulla. Llegada a un punto en que la situación era insostenible, surgió la pregunta: ¿por qué no trabajar sobre este mismo estado? ¿Por qué no profundizar en todo lo que significa una enfermedad crónica invalidante desde la propia investigación creativa? Así es como surgieron las primeras fotografías. El malestar es más que evidente: la propia artista se expone sin nada accesorio, no hay fingimientos, no hay voluntad de demostrar nada. El tema es la propia descomposición de la vida que tenía en perspectiva, a cambio de un estado de incertidumbre, de angustia y de dolor. Puede parecer grandilocuente o inaccesible, pero ¿quién no ha vivido días en los que todo se le escapa de las manos y lo único que quiere y necesita es deshacerse de sí mismo? ¿Multiplicamos este malestar por cada hora de cada día hasta el infinito? La primera serie de fotografías se adentra justamente en el miedo y la parálisis que una situación así provocaría en cualquiera de nosotros, sobre todo en un primer momento, cuando aún no se ha aprendido a convivir con estas nuevas circunstancias.
Hacia 2016, resurgió la idea y lejos ya de una supervisión académica, se estableció una relación de colaboración en la que se planteaba un diálogo alrededor del malestar; un tema que ocupa, desde diferentes puntos de vista, el trabajo de ambas creadoras. Este intercambio se materializó en una primera exposición en la Xina A.R.T. en 2016 y encuentra su continuidad en Can Manyé durante las próximas semanas.
En las piezas que se presentaron en la Xina A.R.T., las propuestas se mueven básicamente en una dirección. Ulla aporta una obra, en este caso un vídeo, en el que vemos uno de los momentos más funestos de la enfermedad, asistida en las funciones básicas por una amiga, convertida sin querer en cuidadora. Un vídeo que Nora responde con un microrrelato pictórico que forma pendant con otro de la propia Nora, donde habla de la muerte prematura de su madre. Ambos nos cuentan momentos de gran fragilidad en los que la propia identidad entra en crisis: ¿quién soy yo si ni siquiera me puedo ocupar de los aspectos más básicos de mi existencia? ¿Quién soy yo cuando la imagen de la madre se reduce a recuerdos borrosos, a imaginaciones de lo que podría haber sido una vida en común? En ambas situaciones se da una pérdida, en un caso de autonomía y en el otro de todo lo que significa una madre, pero paradójicamente supone también una redefinición de la misma identidad. Esta sensación ambivalente impregna unas obras fantasmagóricas que son a la vez inquietantes y poéticas.
Las obras realizadas durante el 2017 siguen una línea de trabajo similar: una propone una pieza o una serie y la otra responde de la misma manera.
En los últimos meses, hemos empezado un diálogo «epistolar», donde cada una de nosotros propone un punto de partida en formato audiovisual y/o textual y la otra responde con una reflexión ligada a sus propias aproximaciones conceptuales con un proceso de creación propio. En este proceso, del que presentamos tres pares, se hace visible el trabajo de asimilación y traspaso de los límites, la reacción y la rebeldía, en un hacer y deshacer para adquirir nuevas experiencias canalizadoras del conflicto en un marco de acciones compartidas.
(Texto de la exposición)
La diferencia clave con el primer momento de colaboración es la distancia que hay entre obra y creador. Así como en los microrrelatos y en las primeras fotografías, la relación con la obra era dolorosamente cercana, en esta última serie, a pesar de tratar la misma temática, hay espacio para el juego y la transgresión, incluso para la ironía. Ya no tenemos un individuo que sólo lucha por adaptarse, para salir del desconcierto y del miedo, sino que una vez reubicado, aunque sea en una situación de precariedad permanente, es capaz de alejarse lo bastante de su propia vida como para ganar una nueva perspectiva.
Can Manyé no sólo tiene voluntad de ser un centro de arte contemporáneo, sino que también tiene presencia en los centros educativos. En este sentido, las obras que constituyen esta trayectoria se acompañan también de un proyecto educativo realizado en el instituto de Alella., dirigido por Xavi Sert y Letícia Rodríguez.
3 comentarios en “Optimización combinatoria: estrategias transformadoras”