De galerías por Barcelona

Ayer fui a dar una vuelta por Enrique Granados y vi la exposición de Richard Estes a la Marlborough y luego, en la Galería 3 Punts, una colectiva.

Galería 3 Punts

La Galería 3 Punts presenta una amalgama de obras aparentemente dispersas pero que tienen en común la voluntad de reflexionar o mostrar cuestiones universales, como el amor, la muerte, etc. No discutiré si este objetivo queda demasiado claro cuando pones los pies en la sala, pero hay obras que llaman la atención; desde el Boyz 2 men de Mark Jenkins a las esculturas de pequeño formato de Samuel Salcedo, pasando por las piezas de Efraïm Rodríguez. Ya había visto antes en esta misma galería las esculturas de madera de Rodríguez. Normalmente representa niños, y son inocentes y dulces a la vez que inquietantes. La mezcla de un gesto muy natural y la presencia tan contundente de la madera genera este tipo de choque, como un Pinocho gritando que es un niño de verdad. Pero éstas sólo son algunas de las piezas que encontraréis, os invito a echar un vistazo.

Richard Estes está catalogado como hiperrealista, pero tranquilos, aquellos a quienes les dé alergia este movimiento que no se preocupen, porque Estes no es un relamido que hace fotos manualmente. Sus obras, que se caracterizan por mostrar la ciudad a través de reflejos en escaparates, ventanales, etc., tienen un punto que transgrede la idea de imitación absoluta. En él hay rastros del pincel, hay figuras desdibujadas, definidas con cuatro pinceladas que dan vida a las escenas y las hacen más verosímiles.

  

Echando un ojo a muchos libros de historia del arte, como la biblia del siglo XX Arte desde 1900, puede parecer que el hiperrealismo no ha existido nunca. Estas piezas, la mayoría pinturas, pero también esculturas, circulan casi exclusivamente por el mercado del arte, pero no han llegado nunca demasiado lejos en el mundo académico y / o teórico. Creo que esto está cambiando un poco, algunos hiperrealistas han llegado a los museos y esto genera estudios más o menos serios, pero es un comienzo. No es que el hiperrealismo me entusiasme, però una cosa está clara: existir, existe. También puedo entender la admiración que genera el despliegue de habilidad técnica de estos artistas. El arte contemporáneo ha tendido a menospreciar la skill como factor para determinar el valor de una obra, pero es un hecho indiscutible que el hiperrealismo gusta a la gente. Y la verdad es que la galería estaba llena. Por experiencia sé que las salas donde hay obras más abstractas o conceptuales no están así de llenas fuera del día de la inauguración. Quizás es triste, pero es lo que yo he observado. Mi pregunta es, ¿qué importancia tiene que tu obra sea super revolucionaria y diga cosas extraordinarias de interés general si nadie la mira? Es cierto que la excelencia no es popular ni trending topic ni nada que se le parezca, pero hay un desequilibrio demasiado grande. La distancia entre la gente y el arte es abismal, más allá de impresionistas y fenómenos similares. Si esto tiene solución … no lo sé.

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