OUTSKIRTS

Fotografías de Néstor Rives

CAN BASTÉ, del 21 de septiembre al 21 de octubre de 2017 – Sala Golfes

Cualquier población del mundo tiene necesariamente espacios de dejadez, sobretodo las grandes ciudades, lugares donde se acumula todo lo que no queremos: basura, prostitución, drogas, etc. Todas las cosas a las que damos la espalda y abandonamos sin miramientos ni culpa, o en descuidos irreparables, se quedan allí hasta que se desintegran (por motivos que desconozco, suele haber juguetes y me da escalofríos). Nadie tiene interés en reparar nada de esto, bastante tienen las administraciones intentando vender lo que sí vende como para preocuparse de las zonas donde los grafiteros trabajan tranquilos y las prostitutas esperan en sillas de jardín.

El extrarradio, un lugar limítrofe donde los lindes entre lo urbano y lo periférico se vuelven difusos. Lugares inestables en su identidad, donde durante el día se genera actividad económica y al caer la noche, el denominador común es la soledad, el abandono y el destierro.
(Texto que acompaña la exposición)

Néstor Rives ha hecho una recopilación de algunos de estos espacios cuando la tarde ya declina y los cuatro desharrapados que corrían por allí durante el día van a buscar refugios menos visibles. La elección del blanco y negro favorece y da una continuidad visual a unas imágenes que de otro modo no resultarían tan atractivas, sobretodo cuando la luz es escasa y no tiene sentido un trabajo de postproducción excesivo.

Sin conocer de primera mano estos espacios en concreto, lo que en realidad no debería importar porque son más o menos iguales en todas partes, me choca que los describa como lugares donde hay actividad económica durante el día. Diría muchas cosas de estos no-lugares pero ¿actividad económica? Si realmente es así, la transformación es sorprendente y, en este sentido, unas fotografías sólo de detalles no ayudan a situar esta diferencia tan absoluta entre el día y la noche.  De hecho, mientras veía las fotografías me quedé con una imagen mental de cómo debían de ser los escenarios originales muy diferente de cómo serán en la vida real y cuando he leído de nuevo el texto que acompaña la muestra el cerebro me ha hecho un pequeño cortocircuito porque no me acaba de cuadrar. Y es cierto que hay algunas imágenes que hacen referencia a negocios, como un cartel de bar-restaurante, pero parece tan abandonado que en el recuerdo de lo que has visto se borra la posibilidad de que pueda haber gente o una actividad diaria más o menos corriente.

Los espacios límite, las zonas (ahora pienso en Tarkovski y su película Stalker), son sitios atractivos para muchos artistas y en especial para los fotógrafos. La lírica de la basura y el abandono sólo la puedes encontrar en las afueras de una gran ciudad en una peli de los 70. Y lo que tal vez he echado de menos en esta exposición es un trabajo en profundidad de lo que significa la zona, no en general sino para Néstor Rives, una exploración intensa y más personal, algo diferente de lo que ya hemos visto y experimentado en otras ocasiones o incluso en primera persona. Echando un vistazo a su web, he visto un proyecto, que no tiene nada que ver con Outskirts pero que me ha parecido bastante interesante, Amén. Aquí ofrece un acercamiento más personal hacia el mundo de la vejez y la idea de la muerte que tienen algunos sectores cuando los días se acaban. En Amén, se mantiene en un equilibrio misterioso entre uno ahora que casi no existe y un después inexorable. Os recomiendo que le echéis un ojo.

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