Objetivo Barcelona. La mirada de Gareth Lloyd-Evans

Del 5 al 27 de septiembre de 2019 en el Centre cívic Pere Pruna

Nunca había estado en este centro cívico y me pareció un espacio curioso; es básicamente una capilla reconvertida para cumplir diversas funciones, entre ellas hacer de sala de exposiciones.

Esta es la sala grande, después hay otro espacio a la derecha

Ya sabéis que soy fan de las visitas guiadas y ayer pude hacer una de lujo.

El caso es que estaba haciendo un vídeo panorámico nada más llegar y, de repente, la persona de la recepción me llamó la atención. Lo primero que pensé fue que tal vez no se podían hacer fotos, pero no era eso. Por casualidad, el fotógrafo estaba allí, nos presentó y charlamos un buen rato sobre la exposición. Me fue explicando la muestra foto por foto y fue muy interesante y enriquecedor poder verlas con él a mi lado. Además, pude practicar mi inglés, así que fue redondo.

El conjunto de fotografías que nos presenta Gareth Lloyd-Evans muestran una Barcelona de cambios a lo largo de unos veinte años. Una de las cosas que encontré más interesantes de la exposición fueron los pequeños textos con los que el fotógrafo acompaña sus obras, por lo que el visitante tiene mucha información extra de cada imagen, comprimida en dos o tres líneas.

Queen of the beach
«Cuántas veces habrá esta señora extendido su toalla playera? La gente mayor es afortunada aquí, se les respeta y forman una parte orgullosa y apreciada de la comunidad -no se les esconde» (texto que acompaña la fotografía).
Según me comentó Lloyd-Evans, en el Reino Unido la gente mayor queda muy relegada de la vida de la comunidad y en comparación, los mediterráneos, que en general somos mucho más familiares, tenemos una tradición muy diferente, en este sentido.

La técnica de las fotografías es impecable: la luz, la composición, etc. pero las imágenes van más allá de una perfección técnica.

Los paisajes urbanos quieren mostrar sobre todo el contraste entre la Barcelona contemporánea y la Barcelona desaparecida. La imagen destacada que encabeza este artículo es un ejemplo: tenemos unas tribunas modernistas junto a un edificio de oficinas de hace cuatro días. Como él mismo me comentó «no todos los cambios son malos» pero tienen un precio. Estuvimos hablando bastante sobre este giro de Barcelona como ciudad «a tener en cuenta» dentro del panorama europeo, sobre todo de cara al turismo. Y es cierto que Barcelona es una ciudad muy bella, pero, de alguna manera, el éxito la ha despersonalizado. Todo el encanto de los establecimientos que nos enseña en algunas de sus fotografías ha muerto cuando lo han hecho sus dueños y sus locales han acabado convertidos en la cadena de alimentación o de moda de turno. La verdad es que, como barcelonesa, la sensación que tengo es que este tipo de gentrificación que vivimos parece imparable y me pregunto si no acabaremos como los venecianos, que ya no pueden habitar su propia ciudad, que ha acabado convertida en una parodia de sí misma.

Shoes
«Esta tienda de reparación de calzado con su viejo papel pintado en la pared y en la que el propietario se rodea de sus enseres domésticos me hacía pensar que parecía que hubiera instalado el negocio en su sala de estar. Estaba más interesado en mantener una charla que en ganar dinero. Me dijo que ya había cumplido ya los 90, que había trabajado en la tienda desde que era joven (cuando llegó de Galicia). Desafortunadamente, la tienda cerró tras su fallecimiento «(texto que acompaña la imagen).

Los paisajes urbanos tienen su punto, pero creo que donde más se luce es en el retrato. Da igual si es un primer plano o es uno general con varios personajes, las personas se le dan muy bien, tiene buen ojo. Sus fotografías te permiten construir los matices del carácter de quien sea y toda una vida que supera lo que objetivamente se nos muestra dentro del marco.

Esta fotografía está en una vitrina y no tiene un pie explicativo, pero me hizo mucha gracia. La cara, el gesto … nos lo dice todo. Una de las cosas que fascina Lloyd-Evans es justamente esta gestualidad tan expresiva de los mediterráneos -tan diferente de la de los países del norte.
Además, pensad que todas las fotografías son analógicas, por lo que requieren de cierta preparación. Aquí parece haber acertado justo el momento.
Old man staring at young man who’s staring at…?
«Cuando me trasladé aquí, me di cuenta de que los extraños te miran (no un vistazo rápido sino una mirada larga y fija).
Unos años más tarde, estando nuevamente de visita en el Reino Unido, me entretenía un día observando un grupo de jóvenes cuando uno me gritó: «¿Qué estás mirando, tío?» Rápidamente dejé de mirar. Quizás me estoy volviendo español «(texto que acompaña la imagen).
Esta es quizás la fotografía que más me gustó y creo que resume de una manera muy elocuente todo su trabajo. Para mi tiene lo que Roland Barthes llamaba punctum porque es una imagen que te interroga, que te implica en este inevitable paso del tiempo sobre el que reflexiona el artista. Además, mirad qué pequeño se ve el hombre mayor en comparación al joven, como si los años lo hubieran encogido de alguna manera, aunque continúa llevando bambas, eso sí.

Como punto negativo, debo decir que las traducciones de los textos tienen bastantes errores. Yo no soy demasiado puntillosa, pero es un poco como estar disfrutando de un plato buenísimo y de repente encontrarte un pelo. Además, son textos muy sencillos, así que no hay excusa posible. En cualquier caso, tendrían que haberse repasado antes de la exposición.

Cambiando de tema y, como anécdota, cuando nos pusimos a charlar me explicó que empezó a hacer fotos en el barrio de Gracia. A mí, lo primero que me vino a la cabeza fue un personaje que conocí en los primeros 2000. Se llamaba Eusebi, aunque todo el mundo se refería a él como El Señor Eusebi. Era un viejecito encantador que vendía sus dibujos por los bares de Gracia. Le compré unos cuantos en aquella época. Si se lo pedías, te los dedicaba. En uno de los míos puso, me acuerdo perfectamente: «Para Paula, la Estrella de la Tarde». Era un hombre muy tierno, o al menos te generaba como un calor en el corazón. El caso es que Lloyd-Evans lo conocía y justamente hay una foto del Señor Eusebi en la exposición. Me hizo una especie de ilusión inesperada. Como apunte final a la anécdota, debo decir que sus dibujos tenían cierta gracia, como un je ne sais pas quoi. Todo un personaje.

L’Eusebi
«Eusebi era un artista que paseaba por las calles del distrito de Gracia, dibujando retratos a cambio de una tarifa modesta. Lo veías en la Plaza de la Vila de Gracia ocupado trabajando, bebiendo un café. Siempre concentrado en el trabajo que hacía, casi nunca levantaba la vista» (texto que acompaña la imagen).

Aunque las fotografías están circunscritas a la Barcelona de los últimos veinte años, el debate que son capaces de generar es mucho más universal. Son fotografías tiernas y con un punto de nostalgia también; imágenes que nos hablan del paso del tiempo con una gran sensibilidad y muchos años de profesión detrás que dan a la muestra un muy buen nivel.

Una opción más que recomendable para este mes de septiembre.

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